Desde chico recuerdo que te enseñan a darle chance a los menores a jugar con los más grandes, por simple convivencia y a veces te asombras de lo bien que puedes pasarla al lado de los algunos infantes, otras, que son la repetida y molesta comezón causada por el piquete de un pinche mosquito. En los comics pasa algo parecido con los personajes secundarios de poco peso o un peso que no ha sido explotado, de aquellos que tal vez no tengan muchos años de haber sido creados o simplemente su personalidad y psicología no les permita tener su propio comic (imagínense un comic exclusivo de ciclops de x-men, o de la visión, esposo de scarlet wich). Por otro lado, algunos personajes secundarios son un boom desde su comienzo y no tardan en tener su propio guionista e ilustrador. Pero el proceso es delicado ya que es necesario crear un nuevo micro universo alrededor de un personaje que tal vez, se note que su perfil heroico no da para mucho, lo que dificulta aún más transferir ese comic o héroe a la pantalla grande.
El sábado pasado empecé a ver “iron chef América”, me encanta ese programa. Imaginación, comida y color es la combinación perfecta antes del almuerzo. Pero cambiando de canal, me topé de repente con STEEL, la cual nunca he visto porque nada de lo que pueda interpretar Shaquille O'Neal vale la pena. Pensé de repente, “bueno, sé que va a ser una mala película, démosle un chance, (que me perdone el Chef Morimoto)…veamos qué tan mala”. El problema es que fue TAN mala, que verla se convirtió en la repetida y molesta comezón causada por un pinche mosquito. Steel es la historia de John Henry Irons, ex ingeniero militar que renuncia al ejército después de crear una poderosa arma que fue usada por la milicia para matar, entre otros, a inocentes. Convertido en un obrero de construcciones, su 1ra. aparición fue en el reino de los supermanes bajo los trazos de John Bogdanove, donde usaron algunos nombres descriptivos como “El hombre del mañana” para presentar al Cyborg y “the man of steel” para John Irons. La historia encapsula su lucha contra pandillas y el crimen organizado que cuenta con las armas que inventó para el ejercito y vendidas por su ex compañera y amante científica que respondía ahora al nombre de “white bunny” (así de sexy). Irons decide crear una armadura y un alter ego que portara (en un principio) la “S”, filosofía y principios del superhéroe que alguna vez le salvaría la vida y a quien viera luchar en contra de Doomsday: superman. Lanzada en 1997, el guión estaba apegado al comic con sus clásicas adaptaciones y personajes inventados de relleno pero, ver actuar y en acción a Shaquille O'Neal es, ¿cómo explicarlo? como ver a un ropero con patas y la gracia de una morsa (con el perdón de las morsas) seguido de actuaciones segundonas con diálogos y actores segundones sumándole una armadura que no solo le era ridícula, sino que le quedaba ridículo y lo hacía ver ridículo (acostúmbrense a esta palabra que la usaré seguido). Pero todo esto pasa a segundo plano.
El problema aquí, como en tantos intentos de películas de comics, unos más imperdonables que otros, es que los personajes son demeritados al grado de caer en un chiste comercial que ni siquiera deja las ganancias esperadas por las compañías productoras (el presupuesto fue de $16 mdd y recaudó solo $1.7). Si bien, STEEL, con una armadura que se ha ido reinventando, no podría vencer ni de chiste a Iron man (tal vez si darle una buena pelea), su papel es el de un super héroe con actitud, buena historia y un interesante futuro que, como tantas, pudo ser una mejor interpretación en cine. Pero bueno, esperemos que a futuros personajes secundarios les dejen jugar en la misma cancha algún día que sus hermanos mayores. Por lo pronto me despido. ¡Saludos!
El sábado pasado empecé a ver “iron chef América”, me encanta ese programa. Imaginación, comida y color es la combinación perfecta antes del almuerzo. Pero cambiando de canal, me topé de repente con STEEL, la cual nunca he visto porque nada de lo que pueda interpretar Shaquille O'Neal vale la pena. Pensé de repente, “bueno, sé que va a ser una mala película, démosle un chance, (que me perdone el Chef Morimoto)…veamos qué tan mala”. El problema es que fue TAN mala, que verla se convirtió en la repetida y molesta comezón causada por un pinche mosquito. Steel es la historia de John Henry Irons, ex ingeniero militar que renuncia al ejército después de crear una poderosa arma que fue usada por la milicia para matar, entre otros, a inocentes. Convertido en un obrero de construcciones, su 1ra. aparición fue en el reino de los supermanes bajo los trazos de John Bogdanove, donde usaron algunos nombres descriptivos como “El hombre del mañana” para presentar al Cyborg y “the man of steel” para John Irons. La historia encapsula su lucha contra pandillas y el crimen organizado que cuenta con las armas que inventó para el ejercito y vendidas por su ex compañera y amante científica que respondía ahora al nombre de “white bunny” (así de sexy). Irons decide crear una armadura y un alter ego que portara (en un principio) la “S”, filosofía y principios del superhéroe que alguna vez le salvaría la vida y a quien viera luchar en contra de Doomsday: superman. Lanzada en 1997, el guión estaba apegado al comic con sus clásicas adaptaciones y personajes inventados de relleno pero, ver actuar y en acción a Shaquille O'Neal es, ¿cómo explicarlo? como ver a un ropero con patas y la gracia de una morsa (con el perdón de las morsas) seguido de actuaciones segundonas con diálogos y actores segundones sumándole una armadura que no solo le era ridícula, sino que le quedaba ridículo y lo hacía ver ridículo (acostúmbrense a esta palabra que la usaré seguido). Pero todo esto pasa a segundo plano.
El problema aquí, como en tantos intentos de películas de comics, unos más imperdonables que otros, es que los personajes son demeritados al grado de caer en un chiste comercial que ni siquiera deja las ganancias esperadas por las compañías productoras (el presupuesto fue de $16 mdd y recaudó solo $1.7). Si bien, STEEL, con una armadura que se ha ido reinventando, no podría vencer ni de chiste a Iron man (tal vez si darle una buena pelea), su papel es el de un super héroe con actitud, buena historia y un interesante futuro que, como tantas, pudo ser una mejor interpretación en cine. Pero bueno, esperemos que a futuros personajes secundarios les dejen jugar en la misma cancha algún día que sus hermanos mayores. Por lo pronto me despido. ¡Saludos!
1 comentario:
Si es "maleta" opino que esta s es solo para decir "Ya-hasta-tiene-su-pelicula") pero está del vil nabo...
como dices creo que los personajes secundarios nacieron para ser eso... el conplemento (o era la contraparte) de los principales...
STAY TUNED
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